Locura en el Madrigal

Todo queda para la vuelta después de un partido plagado de goles y ocasiones. Un auténtico deleite para los amantes del espectáculo, un resultado que pudo haber sido mucho mejor de no ser por la débil defensa del Sevilla. En un choque de locos, donde cualquiera pudo ganar, el Sevilla sacó más partido al resultado.

La clave del partido: La defensa, esa maldita defensa. Si este equipo no fuera tan blandito atrás, otro gallo cantaría. Arriba hay pólvora, calidad y mucho gol, pero atrás sigue habiendo nervios, despistes y errores que acaban costando demasiado caros.

El mejor: Romaric y Negredo. Uno dio dos pases de gol, el otro los aprovechó. El vallecano desaprovechó alguna ocasión clara de gol, pero mantuvo vivo al Sevilla en el partido. El costamarfileño hizo uno de esos partidos guadianescos en los que de repente aparece, se marca una carrera interesante y acaba dando un pase de gol. Si siempre fuera así...

El peor: Dabo. Su banda fue un auténtico coladero. Sufrió demasiado y no fue capaz de parar las incursiones del Villarreal, que siempre encontró una autopista en la banda derecha.

La pregunta: ¿Es el Sevilla favorito para la eliminatoria? ¿Acertó Manzano con los cambios? ¿Debió mantener a Negredo sobre el terreno de juego?