El Sevilla, como hace tres semanas en el 'Euroderbi', volvió a golpear (0-2) a un Real Betis revolucionado y desquiciado desde que en el minuto 26 fue expulsado Juan Carlos Pérez, lo que fue clave en un partido bronco y con poco juego que deja a los verdiblancos al borde de la Segunda División.
Con poco fútbol pero con oficio para frenar el ímpetu del adversario, se llevó tres puntos importantes en la lucha con el Athletic de Bilbao por conseguir la cuarta plaza de la Liga BBVA, que da derecho a disputar la previa de la Liga de Campeones de Europa.
Avisó el entrenador de los béticos, el argentino Gabriel Humberto Calderón, que irían desde el inicio a por el partido y toda la semana ensayó con un equipo ofensivo que se confirmó después en la alineación titular, con el hispano-brasileño Leo Baptistao y Álvaro Vadillo por los extremos y con Jorge Molina y Rubén Castro en el centro de la delantera.
Unai Emery, por su parte, tuvo menos tiempo para preparar este partido ante el 'eterno rival' tras el exigente choque europeo del pasado jueves en el Sánchez Pizjuan ante el Oporto y dio descanso de inicio a dos hombres de los más destacados ante los portugueses, el centrocampista croata Iván Rakitic y el extremo canario Víctor Machín 'Vitolo'.
Pese a ello, el preparador guipuzcoano también dispuso de una alineación de corte atacante con sus dos delanteros centro, el colombiano Carlos Bacca y el francés Kevin Gameiro, aunque en el arranque estuvieron muy aislados ante el empuje de los verdiblancos.
El Betis salió con una marcha más que el Sevilla, creó constante peligro por las dos bandas e incluso se reclamó un penalti del centrocampista Vicente Iborra a Leo Baptistao que el colegiado internacional madrileño Carlos Velasco Carballo no consideró.
Las ganas de ganar ante una afición entregada con los suyos con la idea de saldar cuentas pendientes, como la dolorosa eliminación en los octavos de final de la Liga Europa, hizo que los de Heliópolis descontrolaran todos los intentos de los de Nervión, que siempre se vieron superados.
Entonces apareció la figura de Bacca, que se fabricó una jugada en el centro del campo y, tras varias combinaciones, acabó el colombiano caído dentro del área tras la entrada de Juan Carlos Pérez.
Expulsión del bético y penalti que transformó Gameiro en el 0-1 al borde de la media hora que puso bien el partido a un Sevilla que había hecho muy poco.
De ahí hasta el descanso hubo poco fútbol, porque el partido se endureció al máximo y estuvo más tiempo parado por las faltas, como la que obligó al visitante Alberto Moreno, tras entrada de un Rubén Castro que ya tenía una amonestación, a ser sustituido antes de que acabara la primera parte, que se alargó cinco minutos más por las continuas interrupciones.
En la segunda parte, el Sevilla, pese a su superioridad numérica, salió agazapado ante una formación local que no tuvo más remedio que atacar con lo que tenía en busca del empate y que dejó muchos espacios libres en su campo.
Los visitantes perdonaron entonces en varios contragolpes claras ocasiones de poner tierra de por medio en un partido que estuvo siempre abierto con el 0-1, ya que los locales nunca cejaron en sus intentos ante la portería que defendió el portugués Antonio Alberto Bastos 'Beto'.
Los riesgos del Betis en el tramo final del partido fueron suicidas en inferioridad numérica y con pocos hombres en la defensa, lo que ya fue definitivo para la puntilla sevillista en el minuto 82 con el segundo tanto de Gameiro.
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